Transformación personal: tres dimensiones
Al tratar el tema de la transformación personal, me gusta distinguir varios abordajes diferentes, aunque complementarios en este proceso. Aquí una breve introducción.
Transformación personal alude a un cambio de nuestra forma. Un cambio en aspectos que hacen que consideremos que hubo una evolución hacia una experiencia de mayor plenitud. Veamos tres grandes avenidas de transformación personal.
Transformación personal en la acción
Una primera dimensión de transformación personal que quiero señalar es la que ocurre a través de la acción. Aquí estamos reconociendo que nuestra acción nos transforma en el ser que somos. Nuestros actos nos constituyen en cierta forma.
Compartimos la perspectiva de que nuestras acciones surgen, tienen su origen, en el lenguaje. Nuestras conversaciones generan nuestras acciones.Los actos de habla son la gramática de la acción humana.
Estos actos son los que nos permiten crear nuestra vida. Reconocemos que los seres humanos somos seres lingüísticos, generamos nuestro mundo y nuestro ser en el lenguaje. Nuestras afirmaciones, declaraciones y promesas construyen nuestra vida.
A través del lenguaje generamos un cambio ontológico, o sea un cambio en nuestro ser. Este cambio se da en redes de conversaciones y relaciones en nuestro espacio social.
Transformación personal a través del autoconocimiento
Otra dimensión de la transformación personal que quiero distinguir es la del autoconocimiento de nuestra personalidad, de nuestro rasgo de carácter. En esta dimensión reconocemos que hay un núcleo de formas compulsivas de pensar, sentir y hacer.
Estas formas se constituyeron a partir de nuestras experiencias personales de carencia en etapas tempranas de nuestra vida y se vuelven estrategias compulsivas de supervivencia. La sujeción a esas estrategias compulsivas nos impide crecer y desarrollarnos.
Por lo anterior podemos decir que una dimensión de la transformación personal se relaciona con develar lo que está en sombra, lo que está tan cerca que nos cuesta mucho reconocer. Ese proceso de autoconocimiento de nuestro ego es un trabajo trascendental para crecer y desplegar nuestro potencial humano.
Transformación personal en el cultivo de la atención
En último término quiero distinguir la transformación personal a partir del cultivo de la atención. Existe un tesoro de sabiduría pragmática en distintas tradiciones espirituales entre las que podemos destacar al budismo.
En dichas tradiciones existen prácticas de entrenamiento de la mente y el corazón para el cultivo de la plenitud. Diversas prácticas de meditación permiten cultivar la presencia y la apertura.
Muchas investigaciones científicas de las últimas décadas han permitido comprobar que las practicas meditativas, sobre todo las desarrolladas en el contexto espiritual en el que fueron desarrolladas, contribuye a generar ciertos rasgos alterados.
Estos rasgos alterados son ciertas cualidades perdurables como la ausencia de yo (selflessness), la ecuanimidad, la presencia amorosa, y la compasión imparcial, que son rasgos alterados altamente positivos.
Un pregunta para la reflexión: ¿En qué dimensión estás trabajando más? ¿En cuál menos? ¿Por qué?
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