Domar la mente
En todas las tradiciones de sabiduría, el cultivo de una mente atenta es el punto de partida para el despertar de la conciencia. veamos algunas ideas a modo de introducción a la práctica de "domar la mente".
Por una cita del estudioso de las tradiciones de sabiduría Bernardo Nante, descubrimos que en la tradición de la India se dice que “la distracción es muerte”. De hecho, muchas tradiciones de sabiduría asocian el inicio del camino del desarrollo interior con el cultivo de la atención, con el trabajo de domar la mente para superar las distracciones.
Joseph Goldstein, en su obra Un único dharma, en la que reflexiona sobre la posibilidad de un budismo occidental que sea síntesis de todas las corrientes históricas del budismo, planea que su método es la atención, su expresión es la compasión y su esencia es la sabiduría. De alguna manera, esta particular comprensión del camino del desarrollo de la conciencia, como desarrollo espiritual, encuentra correlatos en las distintas tradiciones de sabiduría.
La atención es la clave de la presencia, de la claridad, de la lucidez para ser un observador de cada momento en nuestra vida. Para el budismo, la atención es también la vía hacia un despertar total que se relaciona con lograr la aspiración mas elevada de felicidad y paz. Se considera el cultivo de la atención, domar la mente, como la vía para la purificación de los seres, entendida como la superación de la pena y las lamentaciones, la desaparición del dolor y la congoja. De esta manera, se inicia una vía verdadera para la realización, donde las prácticas contemplativas como la meditación son centrales.
Cuando nos volvemos atentos al presente, la compasión se vuelve una respuesta natural ante el sufrimiento que nos rodea. A medida que nos hacemos presentes y lúcidos, y nos abrimos al sufrimiento, se origina un movimiento natural y espontáneo de apertura del corazón para ayudar de la manera que sea posible. Pueden ser actos abnegados o simplemente una disposición de abierta amabilidad hacia los otros. Podemos entrenar esta disposición como práctica refleja.
Paulatinamente, emerge la sabiduría, a medida que vamos fortaleciendo nuestra comprensión de nuestra condición y del origen de nuestro sufrimiento, así como de la forma de trascenderlo. Mediante la presencia y la atención al momento, vemos la naturaleza transitoria de los fenómenos y comprendemos la felicidad que nos abre el cultivo del desapego; así comienza a surgir el despertar de una mente sabia.
Esta sabiduría no es algo que consigamos y atesoremos para siempre, no surge ni de un saber conceptual ni de la creencia en una fuerza superior, sino del compromiso permanente con la práctica de la atención, domar la mente, y la compasión. Una enseñanza fundamental del Buda es la siguiente: cuando practicamos, aumenta la sabiduría; cuando no practicamos, decrece. Queda en nosotros la posibilidad de recorrer un camino o el otro.
Este espacio es una humilde introducción para el público general a algunas enseñanzas y prácticas milenarias, tal y como son introducidas por grandes maestros. Estas son prácticas de las que todos nos podemos beneficiar. En este blog, dichas enseñanzas y prácticas se articulan en el contexto general del desarrollo integral del potencial humano.
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