La muerte como aprendizaje

Vivimos una cultura en la que la muerte es un tabú tan grande que la negamos, sin ver que al hacerlo estamos negando una parte esencial de nuestra vida. ¿Cómo relacionarnos con la muerte como aprendizaje último?

Estoy leyendo un libro (entre muchos otros) que se titula "Despedidas Elegantes" de Sushila Blackman. La obra se plantea investigar como mueren los maestros espirituales de distintas tradiciones (especialmente budistas tibetanos, budistas zen e hindúes). Un verdadera investigación de la muerte como aprendizaje. El libro comienza citando el poema épico indio Mahabharata donde se le pregunta al sabio Yudhisthira "¿De todos los hechos de la vida, cual es el más sorprendente?". El maestro responde: "Que un hombre, viendo como los otros mueren a su alrededor, nunca piense que él va a morir". Solemos vivir la vida como si pudiéramos vivirla en borrador para después pasarla al cuaderno de clase, con la ilusión de tener el tiempo comprado. Con una idea loca de desentendernos de nuestra condición. Este libro me hizo recordar a otro autor: Levine.
Stephen Levine se dedico durante muchos años a enseñar meditación en las prisiones de California. Posteriormente comenzó a acompañar a enfermos terminales en la última etapa de sus vidas. Aprendió mucho de las condiciones en que cada persona se encuentra al momento de enfrentar su propia muerte. Estas experiencias llevaron a Levine a reflexionar sobre el valor que estos aprendizajes podrían tener para la gente en general. La idea que surgía era que enfrentar con conciencia la idea de la propia muerte buscando vivir esos últimos momentos con paz y conciencia podría resultar en un gran aprendizaje para vivir la vida con mucha mayor plenitud. O sea, la muerte como aprendizaje para la vida. Así fue que comenzó a dictar seminarios orientados a ampliar la conciencia de la muerte para ampliar la conciencia de la vida. Desarrolló un programa y escribió un libro (entre otros) con el mismo nombre: ¨Un año de vida: Para vivir este año como si fuera el último¨. Veamos como describe los aprendizajes que lo llevaron a dar forma a este programa:

¨A lo largo de los últimos veinte años he acompañado a una buena cantidad de moribundos hasta el umbral de la muerte. En muchos casos me ha resultado dolorosamente evidente que la muerte los pillaba desprevenidos. Incluso las personas que habían tenido meses o años para prepararse, solían lamentarse de lo poco preparados que se sentían para su muerte.
En su último año, muchas personas sentían que tenían una segunda oportunidad para crecer y sanar....
En su lecho de muerte, algunas personas contemplaban sus vidas y se sentían abrumadas por una sensación de fracaso. Tenían un armario lleno de quejas. Se sentían descorazonadas cuando reflexionaban sobre el modo en que habían subestimado la preciosidad de sus relaciones, en que habían olvidado la importancia de encontrar su ´trabajo auténtico´ y en que habían dejado de ´vivir su propia vida´. Como habían postergado tantas partes de su vida para ´después´, se sentían fragmentadas por su trabajo insatisfactorio, por sus asuntos pendientes en las relaciones y por sus modos de vida poco comprometidos. Pero el ´después´ llegaba mucho antes de lo que esperaban, y se sorprendían cargadas por tantos sueños insatisfechos y por su sensación de no estar completas.
Muchas personas aunque tenían algunas otras quejas, experimentaban un cierto remordimiento por haber descuidado su crecimiento espiritual, mientras otras expresaban su disgusto por la poca alegría auténtica que había habido en sus vidas. Y todas, salvo las que se habían abierto plenamente a la vida, decían que vivirían la vida de manera diferente si aún les quedara un año.¨

Pregunta para reflexionar sobre la muerte como aprendizaje. Si supiera que que le queda poco tiempo de vida, ¿qué haría? ¿Eso qué haría es lo que esta haciendo hoy?