Venenos anímicos del líder: la frustración
Otro estado de ánimo con el que los líderes deben lidiar cotidianamente es la frustración. Qué antídoto me puede permitir salir este estado anímico.
Volvemos después de un tiempo a la serie de posts sobre los venenos anímicos. Ya presentamos, el escepticismo, el agobio, la ansiedad, el resentimiento y el cinismo, de acuerdo con el entendimiento que ido desarrollando en mi practica de coaching y consultoría. Hoy vamos describir la frustración. Un estado anímico muy presente en un mundo cambiante e impredecible como el de hoy.
Hay varios estados de ánimo que podemos asociar con el presente y con la acción, la frustración es uno de ellos.
Veamos algunas dimensiones para observar este estado de ánimo:
- Trasfondo interpretativo: Para quien esta dominando por el estado anímico de la frustración, la interpretación dominante podríamos expresarla así: ¨Trato y trato y no puedo lograr el resultado. Las posibilidades se me escapan¨.
- Relación con la acción: desde la frustración las posibilidades están pero se pierden por la propia inefectividad en la acción.
- Relación con la temporalidad: el frustrado hace foco en un presente que lo encuentra insatisfecho con su propio desempeño y capacidad.
- Mirando desde dentro: Desde la frustración, la persona mira el mundo como un espacio en el que su propia incompetencia le hacer perder posibilidades. Puede que desde este estado la persona se vea como defectuosa, como alguien que no da la talla.
- Mirando desde fuera: Como observadores podemos ver a la persona en el estado de frustración como alguien que no sabe definir objetivos que sean desafiantes pero no tanto como para verse siempre fracasando en sus empeños. A veces, al explicar este estado anímico, doy el ejemplo de una persona que sembrara semillas en la tierra y quisiera tener su planta al día siguiente, y que se frustrara: "dónde esta mi planta!". Esto entraña una incompetencia para definir estándares adecuados para movilizar la acción. La génesis de la frustración está en los estándares de valoración definidos para juzgar los resultados de nuestras acciones. Muchas veces el estado de ánimo de frustración esconde una creencia limitante ligada a la propia incapacidad. Hay personas que, incluso, definen estándares para evaluar sus acciones y resultados que aparecen desafiantes, pero si eventualmente llegan a alcanzar el resultado buscado inmediatamente cambian sus estándares de valoración para poder sostener la creencia en su propia incapacidad: "Si un mediocre como yo alcanzó este resultado, quiere que no tiene un valor especial. Si lo logré yo cualquiera puede lograrlo."
Pregunta para reflexionar: ¿En que circunstancias me impongo estándares inalcanzables? ¿Es la frustración un estado de ánimo familiar para mi? ¿De qué maneras podría salirme de la frustración?
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